No hay duda alguna de que Internet se está convirtiendo cada vez más en una herramienta muy utilizada e influyente. Y eso es algo que se deja ver también en la política. En relación a ese tema, el diario El País dedica hoy un espacio entre sus páginas a hablar de la cibercampaña. Los políticos, conocedores de que tienen que llegar hasta el último rincón para conseguir votos, no han tardado en incorporar en sus campañas todo tipo de iniciativas que tienen que ver con la Constelación Internet, en lo que se incluye también estrategias a través del teléfono móvil.En ese objetivo es muy importante el uso del diseño y la fácil visualización. La página Web del PP se llevaría el primer premio. Muestra un diseño bastante sencillo, muy visual, y con gran facilidad para acceder a información, vídeos o todo tipo de enlaces. En cuanto al PSOE, su página es más engorrosa, con unos titulares y textos muy pequeños, se muestra difícil encontrar ciertos contenidos. Lo más llamativo quizás sea PSOE televisión, “donde se pueden ver vídeos como el de los artistas pro Zapatero”. Izquierda Unida introduce el humor en la campaña digital con la creación de la serie de animación de Gaspi, el álter ego de Gaspar Llamazares, y que muestra finalmente la solución a los problemas por parte del candidato. Por supuesto, también entran en juego Youtube, Flickr, Second Life, así como los cibervoluntarios de cada partido.
Sin embargo, todo este protagonismo que gana Internet en el ensalzamiento de los políticos está rodeado de cierta incertidumbre. ¿Tendrán estas campañas realmente un efecto en la sociedad? Y, sobre todo, ¿Tendrán efectos en los “indecisos”? Porque realmente ese es el objetivo al que aspiran ahora los dos grandes partidos del país, aquellos indecisos que marcarán la diferencia. Internet aún queda por detrás de otros medios como la televisión o la radio, pero es el más utilizado por los jóvenes, un sector importante para los políticos.
Todo parece indicar que los debates televisivos serán los campos de batalla donde los políticos se ganen realmente la confianza del ciudadano perplejo.
